jueves, 19 de noviembre de 2009

Reencuentro del despertar


Quizá sea sólo un leve contorno de penumbras,
Pero es.
Y cuando amanece está ahí todavía,
Esperando a no sé muy bien qué, qué santo o astro nuevo.

Quizá sólo me espera a mí, a que abra los ojos.
Pero eso es suficiente.
Supongo que está aguardando a mi vuelta
Del mundo paralelo en el que acomodo mi esterilla.

A veces me trae una hoja de otoño,
A veces es un recuerdo irisado,
A veces es vapor evanescente,
A veces ni siquiera es ilusión de mis legañas.
Pero suele dejarse caer. Quizá sea sólo por cortesía.

Y ya sé que no soy nadie, ni sé nada;
No sé del dinero, de su jugo pobre y su risa de fondo;
No sé de satélites, de giros, de juegos de palabras;
No sé de deportes, de exactitudes, de felices vacaciones;
No sé de familias o equipos, de mentiras,
De escaramuzas y refriegas entre gotas o entre armas o entre bufandas en el ropero.

Pero, quién lo diría, sigue ahí.
Y espera corta y arenosa la venida del alba
Para saludarme cuando despierto, armoniosa y serena.
Cuando nada existe y mi memoria torpe y espesa se aparta las sábanas.

Me espera esa nube de rocío que es mi vida,
La que colgué en el perchero ayer y me volveré a poner hoy
Para el resto del día.

Dän~